martes, 2 de octubre de 2012

Me ha hecho poeta la vida.






Escribo, porque me gusta leer. La lectura me llevó a la escritura. El deseo de mejorar o cambiar las historias que leía y que hubieran podido ser narradas de otra forma o escritas con otras palabras, me hizo empezar a escribir las cosas como las sentía o veía. Estaba comenzando mi largo camino hacia la poesía. 

Cuando ya se lleva un largo tiempo de lector, hay un momento en que se siente la necesidad de escribir las historias que pueblan la mente de uno y que quieren volverse palabra. Es en ese momento en que empecé a ser escritor.

Llegué a la poesía más por azar que por desearlo. Así también he hecho con toda mi vida. Podría parecer un caos, pero no lo es. Envidio a las personas que saben qué quieren en la vida. Yo soy de los que sé que no quiero en la vida. Lo demás me ha llegado o pasado de largo sin saber yo muy bien porqué.

Mi primer contacto con la poesía fue más bien negativo. En casa de una tía abuela en los cumpleaños un tío con ínfulas de declamador recitaba los poemas de Lorca. Y yo un niño de siete años sentado en las escaleras cercanas a la sala donde mi tío declamaba, en compañía de mis primos luchaba por no morir de risa. Esa forma de expresarse nos parecía increíble y absurda.


En la adolescencia con un amigo descubrimos a Becquer y sus sonetos. Estos nos sirvieron para describir y entender los primeros amores que tuvimos. Fue una delicia soñar con ellas y leer los poemas de Becquer.

Como dijo Miguel Hernández "Me ha hecho poeta la vida".